Una vecina graciosera fue trasladada del Hospital General lanzaroteño hacia el puerto norteño de Órzola, para regresar a su hogar en la Isla de La Graciosa, allí los camilleros, como si de un cajón de papas (batatas) se tratara la desalojaron de la camilla y la sentaron en un banco de hormigón. La señora que no se puede valer por sí misma, es decir, no puede caminar, no puede ponerse en pie, fue abandonada a su suerte en el puerto de Órzola. Teniendo que esperar a la intemperie dos horas, desde las tres de la tarde hasta las 5 horas. ¿No podría haber una mínima coordinación entre los efectivos sanitarios y el barco para el traslado?. Tuvo la suerte que en su larga espera, algún alma caritativa le echara una mano en algunas gestiones, para poder volver a su hogar. (Pedir las herramientas para efectuar el embarco y traslado.)
En mi humilde opinión, los que residimos en la Isla de La Graciosa, tenemos que luchar para tener unos medios de transportes sanitarios dignos y cómo no, asistentes sociales que ayuden a nuestros mayores y todos los necesitados. Tenemos que dejarnos de cosas superfluas y dedicar toda nuestra energía en temas útiles para nuestra comunidad en general.
Esta vez le toco a esa señora, pero el próximo puedo ser yo, ¡O quizás tú o alguien cercano a ti! De nosotros depende el cambio en estos comportamientos.
Fuente: elaboración propia y fotos de: http://www.emerlan.com/index.php?option=com_content&view=article&id=13&Itemid=37 y www.modestamentehumano.blogspot.com
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