Publicado: 2011.02.21
Perdida
en medio del atlántico, separada de las grandes urbes por el acantilado de los
riscos de Famara y por el río “graciosero” que la separa de la Isla de
Lanzarote, la isla de La Graciosa esconde bajo su manto algunos secretos que
emergen cuando las lluvias encharcan sus tierras secanas.
Las
semillas celosamente escondidas durante el larguísimo y durísimo verano, brotan
sigilosamente para dar un toque especial a la vida sistemática y monótona de la
isla. Como podemos ver en las siguientes imágenes, que quiero compartir con
todos los que visitan esta página web.
Elaboración propia
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